Luna, amiga y querida, de tu magnetismo he impregnado mi alma con el orgullo de ser tu mitad femenina. Blanca y atenta a los devenires de esta incesante lucha, así te veo y percibo. Radiante luna, escueta vibración que me baña en su plateado mar de ensueños, en las noches donde no existe compañía; allí, blanca luna, tú eres mi refugio, mi torre y el lugar de mis citas. Donde encuentro la paz y argumento para mis días, es ahí donde quiero encontrarte con tus ojos de la noche para alumbrar mi vida.
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viernes, 13 de febrero de 2009
Luna, amiga y querida, de tu magnetismo he impregnado mi alma con el orgullo de ser tu mitad femenina. Blanca y atenta a los devenires de esta incesante lucha, así te veo y percibo. Radiante luna, escueta vibración que me baña en su plateado mar de ensueños, en las noches donde no existe compañía; allí, blanca luna, tú eres mi refugio, mi torre y el lugar de mis citas. Donde encuentro la paz y argumento para mis días, es ahí donde quiero encontrarte con tus ojos de la noche para alumbrar mi vida.
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Excelente texto Luz..me quedo con el primer parrafo que dices orgullo de ser tu mitad femenina.Cuando pienso que en realidad la dama blanca tiene celos de ti,porque no es tan hermosa como tu.
ResponderEliminarOrgullo de ser tu mitad femenina, así es; por lo que representa e influye en nosotras, las mujeres... Es un hermoso piropo de tu parte compararme a la belleza de la dama blanca.
ResponderEliminarGracias por tus hermosas palabras.
Preciosas palabras Luz ! así la sientes y así es .. cuando ella clava sus anclas en el cielo, acá .. ya no estamos solas, aunque en el puerto haya nada más que buques ausentes .. y náufragos.
ResponderEliminarBesos,
Cecilia
No estamos solas, Cecilia, ella con su magnetismo nos arropa e ilumina, su esencia es nuestra esencia...
ResponderEliminarBesos y gracias por estar!